sábado, 8 de octubre de 2016

Las no despedidas

"Por que esto no es una despedida?
Por que no vamos a decir adios?"
Lo pregunto Alexis, mi amigo de 13 anyos, el chico que siempre dice si cuando le pides algo.
Y contesto Luis, de 22, un alma sensible que no consigue encontrar su sitio: "porque por las noches, si miras las estrellas y nosotros las miramos, a pesar de los kilometros, miraremos las mismas".
Y contesto Yasmine, de 16 anyos, la reina de los silencios que gritan mas palabras que nunca haya conocido: "porque un dia cualquiera, nos conectaremos por skype. usted estara medio dormida porque sera de madrugada en barcelona. me explicara como hacer crepas y me guiara mientras yo las preparo en mi cocina".  Y contesto Yael, de 17 anyos, un artista despistado y tierno que corre descalzo para venir a verme si sabe que estoy en la escuelita: "porque dentro de cuatro anyos, llamaran a la puerta de su casa. usted abrira y sere yo, seremos todos, que hemos venido a verle".
Y yo senti, abrazada a todos ellos como si fueramos un equipo de rugby, hombro contra hombro, cabeza contra cabeza, que lo decian desde el fondo de su corazon. Que en ese momento, pensaban que asi seria, sentian que asi seria.
Y yo me trague la pena, y yo me trague la rabia, y yo me trague el sentido comun, y dije: "porque me llevo en mi maleta un trozo de cada uno y tendreis que venir a buscarlo para estar completos". Y senti lo mismo que ellos, y desee lo mismo que ellos.

Y eso fue todo.
Me abrazaron uno a uno. Sin una palabra mas. Respetando mi alergia a las despedidas.
Y se fueron. Y yo me fui. O quizas me quede.

sábado, 11 de junio de 2016

Mi calle



Mexicali, junio 2016

Mi calle tiene nombre pero la mitad de los que vivimos en ella no lo sabemos. 
Algunas de las casas, ni siquiera tenemos número. Quizás lo tuvimos antes, quizás lo tengamos después. Aquí, presente, pasado y futuro, caminan de la mano. O no caminan. Se miran desde las esquinas. 

Mi calle es una encrucijada.
Mi casa es la colonia San Antonio. Si cruzo la calle, enfrente, estoy en San Martín. Si bajo una cuadra, estoy en la Mayos. Tierra de todos... tierra de nadie.

Mi calle está atrapada en el tiempo y el espacio.
¿Siglo XXI? ¿Siglo XX? ¿O más atrás? Los niños juegan en la calle, los vecinos se conocen y se pleitean, los gatos y perros son de todos y de nadie, no tenemos asfalto ni farolas. Hay más bicis que coches. No tenemos tiendas como uno las imagina pero los miércoles, jueves, viernes y fin de semana, doña Alicia hace hot dogs y hamburguesas en la puerta de su casa y... ¡increíbles! Otra vecina, vende nieves, hielos y raspados para este verano eterno, en su patio. Y la abuela de Paula, nopales. 

Mi calle no duerme.
Como si fuera una Nueva York de polvo, siempre hay alguien jugándola, paseándola, hablándola, caminándola. La Rossy siempre barre su casa con la puerta y la ventana abierta. El marido de la Mary canta en un grupo de corrido: y ensaya en su patio. El vecino de al lado pone un karaoke de canciones cristianas. Mireya, Román, sus hijas, sus amigos, se ponen a platicar en la puerta. La abuela y el abuelo, con sus gallos perros y gatos, se defienden del calor en su patio y acogen a chamacos, que entran y salen, pero ninguno es suyo. Melani, Caín, Dilan, Lupita, Angy, Mario... juegan a las dos de la tarde, a las cinco, a las nueve, a las once, a las doce de la noche.... Y a las tres y media de la madrugada, un coche negro nuevo y brillante, con los cristales tintados, recorre la manzana, muy despacito. Solo entonces, solo con ellos, prefiero no mirar. 

Mi calle no tiene secretos.
Ese perro tiene garrapatas, no lo toques. Esa niña tiene piojos, no te acerques. Fulanita intentó quitarle el marido a Zutana. Esos son cristianos. Esos no. Esos son raros. Esos menudean. Esos, no. El marido de Patana es un borracho y no se va de casa aunque ella lo hecha. La policía ha venido a casa de la familia de la esquina. El hijo de Mengana y la hija de Sextana se han embarazado y los casan a los 15. Y tú, tú no tienes el cable de la tapa del tonel gas puesto. ¿Cable? ¿Tapa? ¿Tonel? ¿Eso tengo yo? ¿Y tú como lo sabes? También sé que no duermes con la luz del patio abierta y deberías hacerlo. 

Mi calle es una enciclopedia
Esto son mamuchis, verdes sientan mal, rojos son deliciosos. Si quieres que el gato no se acerque a tu basura, échale agua con cloro. Para la diabetes, lo mejor, la acupuntura con abejas vivas. Los nopales solo pueden cocerse unos segundos, en cuanto cambian de color sácalos del fuego. Para el dolor de muelas, estar al sol es malo.

Mi calle no tiene....
no tiene médico ni farmacia pero tiene un basurero en el que antes, aparecían muertos que nadie reclamaba. No tiene fuentes pero sí un canal lleno de agua marrón, mosquitos y restos de..., que nos separa de un barrio peor. No tiene centro comercial pero tiene una escuelita de pequeños que es la mía y una secundaria.

Mi calle no sale en ningún mapa ni plano ni en los libros de historia
A ella no llegan los taxis ni los buses y los camiones de la basura solo dos veces a la semana -o una, nunca se sabe-. El de la pizza de tres calles más allá no tiene ni idea de dónde traernos el pedido. Por supuesto, no llegan turistas ni gente de otras colonias a pasear. 


Lo que no sabe la gente es que, mi calle, en realidad, es un punto en el corazón de todos los que vivimos en ella. Y esos puntos no necesitan tiendas, ni asfalto, ni autobuses, ni médicos ni... solo necesitan sueños y personas para seguir latiendo.



viernes, 6 de mayo de 2016

Ells


Vaig llegir que 400.000 gossos viuen als carrers de Santiago de Chile i això la converteix en una de les ciutats del món amb més d'aquests companys abandonats. Caminant pels carrers, vaig veure centenars de totes les mides i races i mig races. Alguns jugaven entre ells, d'altres dormien a l'ombra de qualsevol edifici o passejaven sols i esperaven amb mi per creuar el semàfor, pendents de que aquella humana desxifres per a ells el misteri dels cotxes i les llums. Fins i tot, vaig estar mirant l'aparador d'una botiga de regals amb un husky! Tot eren coixins, llibretes, capsetes amb gats dibuixats.... veuria el mateix que jo aquell pelut? Ups!

Però per a mi ja tots ells tenen la cara de la Panchita, perquè un dia va entrar al meu jardí i s'hi va quedar cinc dies, cinc dies en que em va robar el cor... i els nervis! Era un cadell lliure, anàrquic, alegre i carinyós. La vaig portar al veterinari, li vaig donar de menjar dos cops al dia, la vaig rentar amb la manguera mentre ella tractava d'enxampar les gotes d'aigua com si fos Superman, li vaig regalar un collar preciós... i la vaig batejar amb el nom que utilitzen pels Franciscos -vaig pensar que més li valia un padrí de nivell, San Francesc d'Asís, perquè la seva vida pintava bastos-



Ho va mossegar tot però tenia criteri: la meva xancla esquerra era la joia més preuada. Va aprendre a treure-me del peu sense fer-me mal i corria amb ella pel jardí. Objectiu? Que jo la perseguís, és clar. Mai la va trencar. Un detall.


Ens vam fer amigues. Tot i que... no ens assemblavem! Quin caràcter tenia la noia! Massa personalitat i la veterinària em va dir que estava a punt de convertir-se ella en la meva jefa. En cinc dies, tu! PErò jo sé que no, que ella m'estimava també: dormia engantxada a la porta de la meva caseta, protegint els meus somnis, fins i tot una nit de pluja.

Allò que ella no sabia era que l'Àngels tenia un bitllet d'avió... i la meva llogatera, dueña de la casa, no volia un gos. "No me tenes paciencia, diria el Chavo del 8"




Vaig buscar totes les associacions de Santiago de Chile. Ninguna accepta animals. No poden. Impossible! No hi ha gosseres. Ningú s'ocupa d'aquests animals, que creixen i multipliquen com els pans i els peixos. Vaig preguntar a tots els coneguts, amics, veins... sense èxit.

Sé que avui la Panchita torna a ser lliure pels carrers de Santiago. A ella li agradava moltíssim perseguir cotxes i ocells, guiar-se pel seu instint sense una direcció, mirar-ho tot amb ulls intel.ligents... Vacunada, desparasitada i amb un collar la van abandonar, reabandonar. "Y en un barrio rico. Con lo graciosa que es seguro que la adoptan. Como lleva el collar elegante creerán que se perdió y..." em van dir mentre jo plorava inconsolable. 

L'últim dia que la vaig veure, a cau d'orella li vaig dir que era bonica i que jo, que algú, l'havia estimat. Que ho recordés sempre. Ella no era una patanera més dels quasi 4.000.000 dels que viuen als carrers de tot Chile. Ella era Panchita.



PD: Lo único por lo que Santiago de Chile no está en la lista top de mis ciudades es por eso, por todos los perros abandonados que uno ve en la calle. No son maltratados. No son perseguidos. No son agredidos. Son olvidados, son ignorados por una mayoría silenciosa. Solo cuando son un problema para el humano se actúa.O eso parece.



jueves, 21 de abril de 2016

Suyis Liq'cau, manos de mujer



No hay energía más potente que un grupo de personas movidas por un sueño, por un deseo, por una ilusión. 

En Chiu Chiu, una comunidad del desierto de Atacama, hace seis años, nueve mujeres se encontraron y soñaron juntas. Necesitaban dinero para... la lista es larga! los estudios de sus hijos, el médico, pagar la renta de la habitación en la que vive toda la familia... Pero también necesitaban un espacio en el que encontrarse, charlar de sus cosas, reír o llorar. Juntando las dos necesidades, y todos los sueños que se esconden tras ellas, crearon el taller Suyis Liq'cau, que en lengua kunza significa manos de mujer.



¿Y qué hacen estas 18 manos de mujer tres veces a la semana? Tejer en todo tipo de telares. Aprender diferentes técnicas, con maestros que consiguen gracias a apoyos monetarios de mineras, bancos e incluso Cáritas de Barcelona o el Ajuntament d'Esplugues (antes de la crisis, claro!). Y mientras tejen, se sienten mejor, se sienten mejores. 


(este es su último reto, el telar más difícil con el que se han enfrentado: en ello están todavía, pero yo no dudo que lo conseguirán)

La comunidad les ha cedido un pequeño local, donde exponen y venden sus piezas. Fui a visitarlo y me pasé allí tres horas, ayudando a exponer las piezas, charlando con alguna de ellas. Por supuesto, solo utilizan productos naturales. Compran lana de oveja, vellón... y los hilan. Así que del principio al fin, esas piezas de arte cotidiano (fundas de cojín, gorros, bufandas, alfombras, bolsos, echarpes, chaquetas, ponchos...) son suyas. Conviven con ellas, en sus casas, en las plazas, en la cola de la micro que les llevara a la ciudad, en el taller... ven sus horas y sus días pasar, sus alegrías y sus penas. 


(estas son las piezas más exquisitas, tan suaves que parece que se te deshacen en las manos)


Sin embargo, hoy se prioriza lo barato sobre lo bueno, lo moderno sobre lo que dura, lo que es fácil de lavar y planchar sobre lo que requiere cuidado... no importa llevar todos el mismo pañuelo, ¡incluso nos gusta porque está de moda! Así que su trabajo no siempre se valora. No venden mucho. Más bien venden poco. 

Si viniera un experto de Marketing, o un emprendedor de algún vivero de Barcelona, les diría que no hay salida. Viven en una comunidad pequeña y con pocos recursos económicos, que a penas recibe turismo (y si lo recibe, es de comunidades aún más pequeñas que bajan los domingos de paseo o de gente de la ciudad más grande cercana que no tienen recursos para otras actividades), hay una tienda de souvenirs chinos dos calles más allá... peor aún así no ceden porque no hay otra posibilidad, no hay otra opción que seguir remando. Espero que no cedan nunca y que los vientos, algún día cambien y les sean favorables.

Yo sé que mujeres como ellas, proyectos como el suyo, hay en muchos rincones del planeta. ¡Por suerte! Pero yo ayudé a colgar sus ponchos en una percha y coloqué los gorritos de bebé en una mesa. O sea, un domingo tarde, yo tuve entre mis manos sus esperanzas de un futuro, sus esfuerzos de superación a pesar de las veces que les han dicho tú no vales, su sudor frente al telar después de jornadas de 12 horas recogiendo zanahorias bajo el sol inclemente... así que ¡pido un milagro! 

Dios, ¿por qué no lanzas los dados una vez más y conviertes Chiu Chiu en la meca de la moda, el Milán o el París del siglo XXI? ¿Por qué no nace en una de estas casas de adobe y paja la próxima Coco Chanel? 

¡Lo que nos íbamos a reír!
















 



lunes, 18 de abril de 2016

Somnis amagats de nena no especialitzada



L'altra dia, una amiga xilena em va explicar que, aquest 2016, s'ha posat a fer coses diferents. No diferents d'extranyes, ni exòtiques, ni... vol dir coses que no fa habitualment.

-Quan era nena, portava 12 matèries alhora... totes diferents. I ara? Ara només em dedico a 'lo mío'. Què ha passat? Com que no puc? M'estic autolimitant! (En el seu cas, 'lo suyo' és escriure i llegir tot el dia: és profe a tallers d'escriptura, editora i correctora).

La vida ens especialitza. I llavors els de lletres, utilitzem els mòbils per fer les operacions matemàtiques més simples i els de ciències, ens diuen a nosaltres d'escriure les postals de cumpleanys perquè tenim més gràcia. I així sumaríem mil exemples.

Vaig pensar que la meva amiga tenia raó. Molta raó. Ella s'ha posat a fer coses amb les mans -pequeños arreglos en casa... si construía circuitos para física...-, a llegir algun llibre de Ciència i no se que més.

A mi, després de sentir-la, m'ha donat per pensar que coses m'agradava fer i ja no faig perquè m'he especialitzat en llegir i escriure. Perquè és trist però també he abandonat coses que em feien feliç... Per què ho fem? Per economia de temps, perquè allò no ens dona de menjar, perquè no ho fem bé i hi ha qui ho fa millor....

I vaig recordar que m'entusiasmava pintar. Dibuixar potser però ben bé pintar.
Els colors em fascinen: em puc passar hores mirant un paisatge i en realitat miro les infinites combinacions de verds o com el blau es converteix en negre, admiro com els grans uneixen colors als seus quadres... fins i tot la gent riu quan dic que m'encanta mirar els aparadors de les pastisseries o fruiteries perquè són bonics. Hi ha pastissos de colors increíbles! Mireu, mireu...

Tirant del fil de la memòria, vaig trobar un desig ple de teranyines, abandonat sense saber ben bé perquè. Recordo que en un moment, quan encara anava a escola, vaig decidir que quan tingués diners, molts diners (llavors pensava que això seria quan treballés...), em compraria una d'aquelles capses increíbles de Caran d'Ache. I seria només per a mi (això és important quan sou cinc germans: encara faig dol per un caballet que, no em demaneu com, un germà petit va llançar per una finestra a un pati interior...) Capses que jo espiava a les botigues, metàl.liques, amb tonalitats de verds i blaus, ordenades... de desenes, centenars, mil.lers de llapisos perfectes!

No ho vaig fer. No la vaig comprar. Amb el meu primer sou em vaig comprar l'antologia de contes de Julio Cortázar. Així que aquest somni va morir en l'epoca d'universitat, quan la lectura va guanyar la batalla.

He posat 'una curita' que diuen aquí al meu somni. He anat al Lider, una gran superfície, i m'he comprat una capsa d'un euro de 12 colors i 12 rotuladors. He anat a un venedor de carrer que em creuava tots els dies i li he comprat Secret Garden, segons ell el último hit en mandalas, segons jo...

És només un començar. Pinto cada dia una mica.
I sé, sé perfectament perquè m'agradava quan tenia sis, deu o catorze anys, fer-ho. Perquè encara m'agrada i les raons no han canviat.

I sí, quan tingui diners, em compraré una capsa, una d'aquestes amb la muntanyeta suïssa a la tapa... i no ho faré per aprendre, ni per regalar quadres a ningú, ni per arribar a exposar ni per res... Ho faré per ser, un altre cop, una nena feliç i no especialitzada.


PD: potser m'hauré de fer un curs de dibuix... aquests mandales de cors i esquirols estan acabant amb mi. jo només vull pintar però...






 

jueves, 7 de abril de 2016

Culpas viejas


SUBE a nacer conmigo, hermano







Dame la mano desde la profunda 
zona de tu dolor diseminado. 
No volverás del fondo de las rocas. 
No volverás del tiempo subterráneo. 
No volverá tu voz endurecida. 
No volverán tus ojos taladrados. 
Mírame desde el fondo de la tierra, 
labrador, tejedor, pastor callado:
domador de guanacos tutelares:
albañil del andamio desafiado:
aguador de las lágrimas andinas:
joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
traed a la copa de esta nueva vida 
vuestros viejos dolores enterrados. 
Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, 
decidme: aquí fui castigado, 
porque la joya no brilló o la tierra 
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis 
y la madera en que os crucificaron, 
encendedme los viejos pedernales, 
las viejas lámparas, los látigos pegados 
a través de los siglos en las llagas 
y las hachas de brillo ensangrentado. 
Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

A través de la tierra juntad todos 
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche 
como si yo estuviera con vosotros anclado, 
contadme todo, cadena a cadena, 
eslabón a eslabón, y paso a paso, 
afilad los cuchillos que guardasteis, 
ponedlos en mi pecho y en mi mano, 
como un río de rayos amarillos, 
como un río de tigres enterrados, 
y dejadme llorar, horas, días, años, 
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.


Canto General, Pablo Neruda



Muchos días siento algo así como regusto a culpa.
Solo por un ratito.
Algo así como a culpa vieja, enmohecida, oxidada, requemada.
Y prestada.
Se que no es mía pero aun así yo la siento.

O tal vez otros me la recuerdan.

Hace unas semanas, visitando una exposición, me par'e frente a un cuadro sobre la conquista de América. Supongo que mi cara, mi manera de vestir, mi manera de comportarme gritan a los cuatro vientos que vengo de esa vieja Europa, de la que representan bajo armaduras, subida a caballo, empuñando un crucifijo o una espada con la misma crueldad. 

Un hombre cruz'o la sala, se acerc'o hasta mi y me dijo: "la llamaban colonización, mire, mire". Yo lo mir'e a 'el, no al cuadro.
Sonreí incomoda. Creo que incluso musit'e un "lo siento".
El insistió: "mírelos, mire lo que hicieron los suyos, mire como venían."
Avanc'e hacia el siguiente cuadro.
El me sigui'o.

Y me dio un ataque de humor negro. A veces pasa. No lo puedo controlar. 
Aquella situación era absurda así que... "suerte que ahora venimos con visa para turismo, verdad? y no para conquista". Sonreí y me fui hacia el siguiente cuadro.
Me siguió otra vez y antes de que repitiera lo de "mire" con cara de rabia, una chica chilena le dijo que estaba haciendo el ridículo y me pidi'o que lo disculpara.

Hace 22 años, visitando un museo del Cuzco, me sucedió algo parecido. 
El guía dijo que con todo el oro que los españoles habíamos robado al Perú se podría construir un puente desde allí hasta Europa. Se dirigió a mi entonces, para preguntarme que donde estaba ese oro y que se lo devolviéramos a su pueblo. El resto de turistas, todos alemanes e ingleses, me miraron sorprendidos.

Ya me gustaría a mi saber donde estaba ese oro. 
Por qu'e no le preguntaba a los descendientes del corsario Drake que estaban allí conmigo? Y s'i, me encantaría devolvérselo a los indígenas pero resulta que los gobiernos americanos, ya libres del yugo esclavizador español, acabaron de masacrar a los pueblos originarios. Y al que resistió, en muchos casos, hoy lo ningunea. Yo no tengo el oro ni tengo a quien devolvérselo.

Y de esta manera podemos empezar una cadena de agravios e insultos por historias que son viejas, enmohecidas,oxidadas, requemadas... de otros, de otros que ya no están aquí y que se ríen en sus tumbas de cuitas pasadas, jugando a los dados y cantando. De otros que nunca fueron yo ni fueron nada mio.

Aun así algunos días siento culpa.
Pero no como conquistadora con armadura ni soldado ni marino ni esclavista ni fraile inquisidor... 
que nunca lo he sido. ¨Pero no como castellana vieja ni colonizadora ni imperialista ni... que nunca lo he sido.
Sino como persona.

Y releo a Neruda y recuerdo los crímenes que se perpetraron aquí mismo.
Y releo bajito: "yo vengo a hablar por vuestra boca muerta"
























viernes, 25 de marzo de 2016

Nombre va, nombre viene y entre medio, risas

Hay noches que tengo agujetas en los mofletes. 
Son culpa de todas las risas que no he dejado escapar durante el día. 
Decenas de personas se sientan frente a mí, cada mañana, y les pregunto mil cosas. 
La primera, y que puede parecer sencilla, su nombre.

Este es un continente de nombres extraños. O, incluso, de nombres comunes con escritura extraña. O incluso de nombres comunes con usos extraños... 





Un hombre del Perú me dio los nombres de pila de sus dos hijos: XABIALONSO, todo junto por favor, y MESSI. Se me olvidó preguntarle si le gustaba el fútbol. O si esperaba que sus hijos fueran grandes deportistas que le retiraran de trabajar en el campo. Aunque eso de que el nombre imprime carácter... Un chico de Venezuela me dijo que se llamaba Hans Christian Andersen (también de nombre de pila) porque a su padre le encantaba leer. A él, en cambio, le gusta el fútbol, ha sido futbolista profesional en su país, y solo lee libros de psicología -ahora se dedica a ser cazatalentos-. Pues eso, quizás debería haberle explicado al señor del Perú que no iba a tener suerte por ese camino.

-Victoria.
-No señorita, mi hija se llama BICTORIA.
-Eso he escrito.
-Ha hecho usted una falta. Se escribe con B larga.

-Sesilia.
-Cecilia.
-No, no, no me ha oído bien... es con S.

-Elizabet.
-Es con h.
-Claro, disculpe. Elizabeth.
-No, no. Con h.
-Ya la puse.
-Le falta otra y ha puesto una letra que no conozco. Es con s. Helisabeth

Maclian, Yessemi, Yaramias, Isvelda, Jesusestdieux, Jesusestjust... y sigamos inventando.

Acabáramos! Real como la vida misma.
Como lo eran dos chicos exactos que tenía delante de mí, que aseguraban llamarse igual (Jorge Machado) y que venían de Venezuela. Pedí sus pasaportes: eran dos mellizos, Jorge A y Jorge G. Su madre, orgullosa, me dijo que les puso el mismo nombre (igual que a su hermano mayor) porque quería que se supiera siempre que eran hermanos. Y yo le dije a la señora que para qué estaban los apellidos. Me sonrió y me dijo que no lo sabía, que no se lo habían explicado nunca. 

Pues eso, que uno no puede reírse de algo tan propio, personal, importante... como el nombre de una persona así que acaba con agujetas en los mofletes. 


PD: Por suerte, ayer me encontré con un nombre que entendí a la primera y que supe escribir perfectamente, María de los Ángeles. Me separaban 44 años de mi tocaya. Ella había nacido esta Navidad, en un pueblito de la sierra del Perú. Tenía una melena preciosa, negra como el carbón, y unas pestañas que casi se pisaban. Su piel era cobriza y era dueña de unos mofletes espectaculares. Ojalá dentro de unos años también tengan agujetas como los míos, por todas las risas que se le escaparan. Le susurré al oído que se lo deseaba.